Un extranjero no residente en España que compre una propiedad deberá pagar los mismos impuestos que un residente. Para viviendas nuevas, el IVA es del 10% y del 21% para oficinas o locales. También debe tributar por actos jurídicos documentados y el impuesto de transmisiones patrimoniales para propiedades de segunda mano, cuyos tipos dependen de cada comunidad autónoma. Al vender, el extranjero deberá liquidar el impuesto sobre no residentes, y el comprador debe retener el 3% del valor del inmueble y asumir la plusvalía municipal si el vendedor está fuera del país.