Cuando compras una vivienda de segunda mano y descubres que no está en las condiciones descritas, el vendedor debe cubrir los vicios ocultos si estos afectan la utilidad o el valor de la propiedad. Para que se consideren vicios ocultos, deben ser no evidentes, existir al momento de la compra y ser graves. El comprador tiene seis meses desde la entrega para reclamar. Ejemplos incluyen humedades ocultas, derramas extraordinarias y problemas estructurales no visibles.
